Sant’Agata Bolognese, – El Lamborghini Temerario [1] , el único superdeportivo de producción capaz de alcanzar las 10.000 rpm, incorpora un nuevo sistema de propulsión híbrido que combina un motor V8 biturbo, diseñado y desarrollado desde cero en la sede de Automobili Lamborghini en Sant’Agata Bolognese, con tres motores eléctricos, entregando una potencia total de 920 CV. Las prestaciones son impresionantes: una aceleración de 0 a 100 km/h en tan solo 2,7 segundos y una velocidad máxima de 340 km/h.
Las características de un motor atmosférico de giro suave, con la entrega de potencia de un motor turbo en combinación con propulsión eléctrica, son únicas en su forma de funcionamiento y sonido. Lamborghini ha logrado desarrollar un nuevo V8 biturbo que combina la marcada linealidad del desarrollo de revoluciones del anterior V10 atmosférico de Lamborghini con la enorme potencia y par de un motor turbo moderno.
Las características de un motor atmosférico de giro suave, con la entrega de potencia de un motor turbo en combinación con propulsión eléctrica, son únicas en su forma de funcionamiento y sonido. Lamborghini ha logrado desarrollar un nuevo V8 biturbo que combina la marcada linealidad del desarrollo de revoluciones del anterior V10 atmosférico de Lamborghini con la enorme potencia y par de un motor turbo moderno.
El nuevo motor es ahora uno de los más potentes del segmento. El V8 biturbo entrega su potencia máxima de 800 CV desde las 9.000 hasta las 9.750 rpm y 730 Nm de par entre las 4.000 y las 7.000 rpm. El motor eléctrico, en posición P1 (entre el motor V8 y la caja de cambios), asegura una respuesta inmediata a partir de bajo régimen y de forma constante en todos los cambios de marcha, trabajando como rellenador de huecos de par y mejorando la respuesta transitoria, dando la sensación de progresión lineal y sin límites hasta las 10.000 vueltas. Gracias a los dos grandes turbocompresores, se aumenta la eficiencia y las prestaciones a régimen máximo. Estos están situados de forma compacta en la V del motor a modo de “V8 caliente” para optimizar el empaquetamiento y la gestión térmica.