Los Ferrari de Carlos Sainz y Charles Leclerc cruzaron la bandera a cuadros al final del Gran Premio de Estados Unidos en cuarto y sexto lugar. Sin embargo, tras las verificaciones técnicas, se descubrió que el coche del monegasco y el del segundo clasificado, Lewis Hamilton, tenían tablas desgastadas más de lo permitido por el reglamento y, por lo tanto, ambos pilotos fueron descalificados.
Charles, que ya había sufrido las consecuencias de una mala elección de estrategia, no sumó puntos, mientras que Carlos subió una posición como consecuencia de la descalificación de Hamilton, para clasificarse tercero. Esto significó que Ferrari realmente redujo ligeramente la brecha con Mercedes, segundo clasificado, en el campeonato de constructores.